Una nueva evaluación elaborada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indica que la crisis provocada por la pandemia del Covid-19 podría estancar el crecimiento del empleo, al menos hasta el 2023.

De acuerdo a las proyecciones de la OIT recogidas en Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2021, “Esta insuficiencia de puestos y horas de trabajo viene a añadirse a los persistentes niveles de desocupación, subutilización de la mano de obra y condiciones de trabajo deficientes anteriores a la crisis”.

En ese contexto, se pronostica que para 2022 la perspectiva en el número de personas desempleadas llegue a 205 millones, cifra que está por encima de los 187 millones de 2019 y que equivale a una tasa de desocupación del 5,7 por ciento.

Regiones afectadas por el crecimiento del empleo 2021

Durante el primer semestre de 2021 las zonas más afectadas producto de esta crisis han sido América Latina y el Caribe, con pérdidas de horas de trabajo estimadas en 8 por ciento, mientras que Europa y Asia Central demostraron pérdidas estimadas en 6 por ciento.

En tanto a nivel mundial, las tasas obtuvieron un 4,8 y 4,4 por ciento durante el mismo periodo.

La OIT prevé que la recuperación del empleo a nivel mundial pueda repuntar en la segunda mitad de 2021, siempre que la situación de emergencia sanitaria no empeore. Sin embargo, esta recuperación no avanzará de la misma forma para todos los países debido a la desigualdad de acceso a las vacunas y la capacidad de las economías para respaldar las medidas de estímulo fiscal.

Mujeres y jóvenes afectados

La crisis también ha afectado directamente a las mujeres y jóvenes, quienes han disminuido su porcentaje de contratación, según el informe de la organización.

“En 2020, la contracción del empleo femenino fue del 5 por ciento frente al 3,9 por ciento del empleo masculino. También fue más elevado el porcentaje de mujeres que quedó fuera del mercado laboral y pasó a la inactividad”.

Asimismo, el empleo juvenil se redujo en un 8,7 por ciento durante 2020, a comparación de la reducción del empleo adulto, que registró un 3,7 por ciento. Consecuencia que podría “prolongarse durante años” para las generaciones que se vienen integrando al mercado laboral.